La freidora cocina gracias al aire a alta temperatura, regulable desde 35°C hasta 200°C, que circula a máxima velocidad y 360° dentro de la cámara de cocción y garantiza una distribución uniforme del calor en el interior. Es precisamente el aire caliente el que permite una cocción homogénea de los platos y la formación de una corteza crujiente en el exterior, que nada tiene que envidiar a la fritura tradicional. Gracias al aire caliente, no será necesario añadir mucho aceite.