Jean Paul Gaultier, quien deseaba reflejar en un perfume el alma de una mujer que revelaba sus sentimientos y no temía demostrar sus atributos. Una fragancia floral oriental, donde sus notas combinan delicadamente un bouquet de rosa y orquídea con las inusuales notas de jengibre y flor de azahar, además de toda la sensualidad de la vainilla y el ámbar.